Errores comunes al solicitar la cédula de habitabilidad y cómo evitarlos

Errores comunes al solicitar la cédula de habitabilidad y cómo evitarlos

17/06/2025

Si estás pensando en alquilar, vender o cambiar de uso un local a vivienda, uno de los trámites esenciales —aunque también complejos— a los que podrías tener que enfrentarte es la obtención de la cédula de habitabilidad. Este documento es fundamental, ya que certifica que la propiedad cumple con los requisitos mínimos legales para ser habitada de forma segura por personas.

Por este motivo, la cédula de habitabilidad es una exigencia legal tanto al momento de alquilar o vender un inmueble como para dar de alta servicios básicos como la luz, el agua o el gas.

A pesar de su carácter obligatorio, el proceso para obtenerla puede estar lleno de complicaciones que conllevan retrasos, gastos imprevistos e, incluso, en ciertos casos, la denegación del certificado. Por ello, en esta ocasión queremos centrarnos en los errores más comunes que suelen cometerse durante la solicitud, así como en ofrecer pautas claras para evitarlos desde el inicio.

Errores comunes en la documentación y el proceso administrativo de la cédula de habitabilidad

Siguiendo lo anterior, las fallas vinculadas con el procedimiento formal son una de las principales causas de retrasos o bloqueos en la solicitud de la cédula de habitabilidad. A continuación, detallamos algunos de los errores más habituales:

  • Formularios incompletos o con datos incorrectos: Es fundamental dedicar el tiempo necesario y ser meticulosos al momento de completar los formularios de solicitud. Cualquier error, por más mínimo que parezca, puede requerir una rectificación que implique pérdida de tiempo. Todos los datos aportados deben ser precisos y estar actualizados.
  • Documentación técnica no actualizada o incompatible: La solicitud requiere presentar una serie de documentos técnicos, como los planos de la vivienda, la escritura de propiedad, la licencia de obra (en caso de aplicar), el certificado de final de obra para determinadas construcciones y la ficha técnica de la vivienda. Si la propiedad ya contaba con una cédula caducada, esta también debe adjuntarse. Un error frecuente es presentar información desactualizada que no se corresponde con el estado actual del inmueble.
  • No respetar los plazos establecidos: Es esencial conocer previamente los plazos de resolución en cada comunidad autónoma. La falta de documentación o la necesidad de correcciones puede extender considerablemente los tiempos. Por ello, se recomienda iniciar el trámite con suficiente antelación, especialmente si se vincula a una compraventa o un alquiler.
  • Ausencia de inspección técnica previa: Antes de presentar la solicitud oficial, un arquitecto o arquitecto técnico cualificado debe visitar la vivienda para comprobar que cumple con los requisitos de habitabilidad. A partir de esa visita, redactará el certificado de habitabilidad, indispensable para el trámite. Sin esta inspección previa, pueden detectarse deficiencias una vez iniciado el proceso, lo que con frecuencia deriva en la denegación del certificado.
  • Delegar el trámite en gestores no cualificados: La cédula de habitabilidad es un documento legal con un procedimiento complejo. Por ello, confiar su tramitación a personas no capacitadas o sin conocimientos normativos adecuados puede acarrear errores y demoras. Siempre se recomienda acudir a profesionales especializados que puedan ofrecer asesoramiento personalizado y facilitar el proceso.
  • Desconocer la normativa local vigente: La normativa de habitabilidad varía significativamente entre las distintas comunidades autónomas españolas. Un error común es aplicar criterios genéricos o correspondientes a otras regiones. Es indispensable consultar la legislación específica del lugar en que se encuentra el inmueble y asegurarse de que este cumpla con las condiciones exigidas por la autoridad competente.


cédula de habitabilidad

Errores en las condiciones del inmueble

Más allá de las equivocaciones que se pueden cometer durante el trámite, la vivienda en sí misma debe cumplir con una serie de requisitos físicos para ser considerada habitable. Ignorar o no corregir estas deficiencias puede impedir la obtención de la cédula de habitabilidad tras la inspección técnica. Algunos de los incumplimientos más frecuentes son:

  • Altura de techos por debajo del mínimo legal: Aunque es indispensable verificar la normativa específica de cada comunidad autónoma, por lo general se exige una altura libre mínima de aproximadamente 2,50 metros en estancias principales como salones y dormitorios, mientras que puede permitirse una altura algo menor en baños, pasillos u otras zonas secundarias. El incumplimiento de este requisito puede derivar directamente en la denegación del certificado.
  • Iluminación y ventilación natural insuficientes: Las normativas autonómicas suelen exigir niveles mínimos de ventilación y entrada de luz natural para garantizar condiciones saludables en el interior de la vivienda. Ambientes sin ventanas o con ventilación deficiente pueden considerarse no aptos para la habitabilidad.
  • Instalaciones de luz, agua o gas en mal estado: Las instalaciones eléctricas, de gas, de agua potable y de saneamiento deben encontrarse en buen estado y cumplir con la normativa vigente. Problemas como goteras, tuberías deterioradas, cables expuestos o equipamientos obsoletos son causas comunes de denegación de la cédula.
  • Problemas estructurales: Se incluyen aquí deficiencias como grietas visibles, filtraciones o humedades, ya que una vivienda, para ser considerada habitable, debe garantizar higiene, seguridad y solidez estructural para sus ocupantes.
  • Ausencia de espacios funcionales obligatorios: Para que un inmueble sea reconocido como vivienda habitable, debe contar —como mínimo— con una estancia destinada a salón o comedor, al menos un dormitorio, una cocina y un baño, todos ellos independientes y adecuadamente equipados. Estos criterios pueden variar según la normativa de cada comunidad autónoma.

Como hemos podido ver, la cédula de habitabilidad representa una garantía de que la vivienda reúne las condiciones necesarias para ser habitada de forma segura, digna y legal. Evitar errores en el proceso, tanto formales como técnicos, no solo ayuda a prevenir multas o problemas legales, sino que también facilita la venta o alquiler del inmueble en el futuro.

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